Daniel E. Koshland Jr. Una historia con pantalones tejanos, un pingüino y mucha ciencia.
Escribía Cervantes que «en mucho más se ha de estimar un diente que un diamante». Enseñanzas de este tenor justificaban, a criterio del desaparecido diario El Sol, la decisión ministerial de imponer vía decreto la lectura del Quijote en las escuelas. Esto, acontecía en España en marzo de 1920. En estas mismas fechas, pero al otro lado del Atlántico, venía al mundo en la ciudad de Nueva York nuestro protagonista, Daniel E. Koshland Jr., en el seno de una familia judía. Aunque nacido en la Gran Manzana …