Todas las palabras en todos los idiomas tienen un acento prosódico o léxico sobre una (y solo una) sílaba en cada palabra, la sílaba tónica. En español tenemos muchas palabras que se distinguen por dónde cae la sílaba tónica:
cálculo/calculo/calculó
ánimo/animo/animó
crítico/critico/criticó
Puedes consultar una lista mucho más extensa aquí para que veas lo importante que es seguir las reglas de acentuación para colocar el acento ortográfico (tilde) cuando y donde corresponda. También tenemos el acento diacrítico para diferenciar las palabras que se escriben y pronuncian igual, pero significan cosas distintas, como por ejemplo:
sí/si, donde/dónde, cual/cuál
Por desgracia, y sobre todo en el contexto científico (por no hablar de las redes sociales y la mensajería), se le resta importancia a las tildes por el simple motivo de que en inglés no se usan y les va bien, o de que resulta ‘difícil’ poner acentos con un teclado o con el móvil. Así que la nueva regla de considerar la ye una vocal y tildarla cuando proceda (Ýñigo y Aýna) hará que alguno se rasgue las vestiduras. Vamos a ver unos casos de uso de las tildes que a más de uno sorprenderá.
Lo primero es que las mayúsculas se acentúan siempre que lo necesiten: África, Ídolo, CARTÓN, CAPÍTULO, Ártico, etc.
En cambio, los monosílabos no se acentúan nunca, salvo cuando haya que distinguirlos para no crear confusión mediante tilde diacrítica:
si/sí, el/él, tu/tú, mas/más, te/té
Ojo, que ni ti ni di llevan acento nunca. Desde 2010, tampoco se acentúan guion, prion, truhan, friais, liais, frio, lie, lio, pero sí frío, líe, lío, que son llanas al deshacerse el diptongo. Nunca se han acentuado ni se acentuarán los monosílabos fe, fue, dio y vio.
Desde 2010, los demostrativos ya no se acentúan ni tan siquiera cuando funcionan como pronombres (este, ese, aquel y sus derivados). Las formas neutras esto, esto y aquello nunca se acentuaron ni se acentuarán.
Se siguen acentuando los adverbios interrogativos y exclamativos (cuál, cuándo, dónde, quién, cómo) para distinguirlos de su función como adverbio relativo.
Solo ya no se tildará nunca, ni tan siguiera cuando haya ambigüedad. En tal caso, se recomienda cambiarlo por únicamente o solamente, o bien rehacer la frase.
La o entre números tampoco llevará tilde diacrítica porque es imposible confundirla con un 0 en un texto escrito por ordenador: te lo habrán dicho 100 o 200 veces. Recuerda que si el segundo número empieza por o, habrás de sustituirla por u: 80 u 81.
Las formas verbales hubierais, cubrieseis, fuerais, dieseis y similares se escriben sin tilde porque son llanas acabadas en s. Date cuenta que si las divides en sílabas, obtienes hu-bie-rais, cu-brie-seis, fue-rais, die-seis. Pero sí llevan acento, por ser agudas acabadas en s, ligáis (li-gáis), presentáis (pre-sen-táis), argumentáis (ar-gumen-táis), coméis (co-méis), etc. Las formas verbales con pronombres enclíticos llevan tilde o no de acuerdo con las normas generales de acentuación:
cayó → cayose,
da → dale y dáselo,
mira → mírame,
está → estate,
acabó → acabose,
pon → ponme.
Los sustantivos que designan a un profesional de una ciencia acabada en «-ía» se forman con el sufijo -iatra, sin acentuar (no con ⊗-íatra):
geriatría → geriatra,
pediatría → pediatra,
fisiatría → fisiatra,
foniatría → foniatra.
Las palabras acabadas en -lisis y -fago son esdrújulas: análisis, bacteriófago, catálisis, coprófago, epifisió- lisis, filófago, galactófago, hematófago, lipólisis, necrófago, necrólisis, proteólisis, trombólisis y otras muchas más. Hay unas poquitas en las que se ha acabado aceptando también la forma llana:
autólisis/autolisis,
electrólisis/electrolisis,
fibrinólisis/fibrinolisis,
fotólisis/fotolisis,
glucólisis/glucolisis,
hemólisis/hemolisis,
hidrólisis/hidrolisis,
pirólisis/pirolisis
Y todo esto no es más que un aperitivo de lo que va a venir en las próximas entregas sobre acentos.