Su nombre científico es Amorphophaullus titanium, pero se la conoce popularmente por el merecido título de «flor cadáver» por el olor de algunas de las sustancias que emanan de su inflorescencia como: la trimetilamina (similar al olor a pescado podrido), el indol (semejante a olores fecales) y el ácido isovalérico (típico del mal olor de pies)[1]. Pese a tales escatológicos atributos de los que se sirve para atraer a posibles insectos polinizadores, sus flores gozan de ser reconocidas como las más grandes del mundo, pudiendo llegar a alcanzar el metro de diámetro y los tres de altura. Además, sólo existe constancia de unas 40 floraciones en jardines botánicos, lo cual los convierte en fenómenos altamente excepcionales. Países como Alemania, Holanda, Londres o los EE. UU. son algunos en los que ha sido posible cultivar este espectáculo de la naturaleza, a los que ahora se une España desde el 13 de Marzo de 2017 con este espécimen fotografiado en el Parque Botánico-Orquidario de Estepona (Málaga). Sin duda una gran lástima que su proceso de floración no supere las 72 horas.
Referencias
- Geoffrey C. Kite, Wilbert L.A. Hetterschieid, Inflorescence odours of Amorphophallus and Pseudodracontium (Araceae), Phytochemistry, Volume 46, Issue 1, September 1997, Pages 71-75, ISSN 0031-9422.
Francisco José Villena [email protected]